La verde mirada perdida

LA VERDE MIRADA PERDIDA

Mis ojos verdes se han vuelto del revés y se han empeñado en mirar hacia adentro y no tengo modo de cubrir mi corazón, ni mi hígado, ni mi estómago con una de estas sábanas tan socorridas con las que puedes cubrir tu cuerpo.

Creo que culpan a todos de sus intermitentes goteras y del miedo que tuvieron a que se desbordaran de sus límites verdes. Pero de eso hace tiempo, ¡hay que ver que rencorosos se han vuelto mis ojos! Ni siquiera tienen en cuenta que no tengo asegurados los órganos y como se empeñen seguro que me hacen pagar por cada lágrima vertida en el último año. Mas me valdría mirar hacia adelante y dejar ya de reclamar a los que a fin de cuentas también han pagado como ellos todos los impuestos y todas las tasas por haber vivido.

Parecen no darse cuenta que viajan en el mismo barco y las peleas a bordo corren el riesgo de que alguien salga malherido. ¡Quien sabe!, quizá el corazón se pare o deje de funcionar el hígado o la bilis inunde el estómago y todo por mas lágrimas que no llegan al río.

Eso sin tener en cuenta que ya están casi secos del todo y siguen siendo verdes, un poco mas descoloridos, pero aun así conservan la gracia divina de poder ver cómo caen las hojas en otoño, y cómo miran los otros ojos…

Espero que se vuelvan razonables y dejen que el corazón siga latiendo, el hígado siga cumpliendo sus funciones que lo que ellos parecen no querer saber es que hay órganos vitales y sin ellos su color verde se apagaría para siempre.

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